Hoy se revela que las principales víctimas del terrorismo del estado fueron jóvenes: tanto los desaparecidos y muertos en combate durante la represión, como aquellos que fueron perseguidos y tuvieron que exiliarse, y los jóvenes que llegaron a Malvinas sin la preparación y los medios necesarios para participar en una guerra, conducidos por una fuerza militar que mostró toda su crueldad para con los suyos, nuevamente faltándole el respeto a los derechos humanos.
La Guerra de Malvinas, tal como lo vemos ahora, fue solo una excusa para contribuir al mantenimiento de un gobierno de facto que estaba debilitado. Pero para la mayoría de los Argentinos, por miedo, por desconocimiento, por no querer ver, esa junta de militares, era la autoridad del Estado, representaba al gobierno Nacional, y fue , el Gobierno, el que convocó a nuestros conscriptos a la Guerra, por eso nuestras familias le dieron a sus hijos y éstos fueron a servir a la Patria.
Ahora bien, en los años previos a la guerra, este gobierno de facto, torturó y asesinó a muchos jóvenes acusando a sus madres de no haberlos cuidado y de no haber impedido que "se metieran en cosas raras" Siguiendo esta línea de pensamiento, ¿ A quién acusarán de haber llevado a los hijos de la Patria a una guerra para la que no fueron preparados? ¿No será que en ambos casos el gobierno violó los derechos humanos de esos adolescentes y jóvenes ?
En efecto, Malvinas también constituyó una violación a los Derechos Humanos y, en este sentido, las madres de los soldados que padecieron la guerra, merecen nuestro apoyo y reconocimiento en una lucha que comienza.
Y el soldado varillense Jorge Daniel Ludueña fue…se despidió de su familia, de su mamá, amigos del futbol, de su ciudad y llegó a las Islas Malvinas. Allí seguramente su mirada de joven se opacó ante tanto sufrimiento, frío, hambre, situaciones dolorosas para todo el pueblo argentino que fue golpeado por la estafa al no llegar sus donaciones para contribuir con la mantención de nuestros soldados.
Y Jorge Daniel Ludueña no pudo soportar tan penosa situación, su cuerpo se fue debilitando y no recibió la atención médica que requería y su mirada, su última mirada capturó el cielo de Malvinas. Nunca más volvió.
Volvieron sus compañeros, sus amigos, con su pena, con su derrota, con su dolor y una página de olvido cubrió a la Argentina.
Hoy, en la ciudad de Las Varillas, el soldado Jorge Daniel Ludueña es homenajeado en una plazoleta que lleva su nombre ubicada en el Barrio 2 de abril. Pero qué es lo que sabemos de su vida, de sus sueños. Espero que desde las instituciones se comience a “mirar” más profundamente a la impronta de este verdadero héroe varíllense. Le debemos mayor protagonismo en este presente a la memoria de Jorge Daniel Ludueña. Su nombre debe incrementarse a lo largo de los años, y sobre todo ser recordado como lo que realmente es, un héroe o si lo prefieren algunos un mártir, ya que junto a tantos otros jóvenes le dieron un sí a nuestra Patria. Se lo debemos a él y a nuestra identidad como país.
Editorial publicada por VIVE en el año 2012 , 2013.y 2016
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