Escribe Gustavo Ferradans (de nuestra Redacción) Las derivaciones que tuvo el festival boxístico profesional desarrollado el pasado viernes en Pozo del Molle han provocado varias víctimas, algunos irresponsables, otros tantos desprevenidos y una cadena de irregularidades que pueden tener consecuencias insospechadas. José Carlos Paz, “El Puro”, campeón Provincial y Mundo Hispano de los Superwelter radicado en esta ciudad, sumó una nueva pelea en el campo rentado. El ascendente boxeador se presentó en Pozo del Molle, la localidad donde nació hace 27 años. La velada de doble fondo profesional la compartió con Oscar “el Tocayo” Paz, su hermano, que también es boxeador; casi una herencia genética familiar, ya que su padre y su tío también lo fueron. Precisamente, el padre, Oscar “Cacho” Paz, fue el programador de dicha velada realizada en el Salón de Usos Múltiples de Pozo del Molle. En la pelea “el Puro” Paz (71 kilos) le ganó por nocaut en el primer asalto a alguien que en “su licencia” llevaba el nombre de Eduardo Ariel Zapata (70,200 kilos), apodado “el Ratón”, aunque ha quedado en evidencia que era un impostor. La denuncia El viernes por la mañana, desde Twitter, el periodista Marcelo González, de Space, disparó: “Roban identidad de boxeador. El ‘Estafador’ pelea hoy en Pozo del Molle, Córdoba”. La noticia recordaba la denuncia realizada hace un año atrás por el periodista Luis Amaolo, del diario Río Negro. El 25 de marzo de 2013, Amaolo le realizó un reportaje al verdadero Eduardo Zapata, que tuvo por título “El calvario del ‘Ratón’ Zapata”. En la misma, un púgil nacido en Centenario hace 31 años, padre de cinco hijos (el mayor de 12 y los más pequeños son mellizos de 6 años), por ese momento desocupado, exponía sus padecimientos de tres años a esa parte, luego de que le robaran su licencia de boxeador y que otras personas se presentarán en distintos puntos del país usurpando su nombre, aun en combates televisados. ¿A quién le ganó? EL DIARIO, enterado de esta situación, el sábado por la mañana comenzó a investigar con distintos actores del boxeo local, cordobés, de Neuquén y Río Negro, planteando varios interrogantes por resolver: ¿a quién le ganó realmente “el Puro”? ¿Quién fue el impostor y quién lo acompañó a Pozo del Molle? ¿Quién le sugirió al programador este boxeador? ¿Por qué los integrantes de la Comisión Municipal de Boxeo de Villa María no constataron, como lo establece el reglamento, la identidad del rival, solicitando los DNI de los boxeadores? Los perjudicados La historia tiene varias víctimas (perjudicados), algún irresponsable, otros tantos desprevenidos y una cadena de irregularidades, que pueden tener derivaciones insospechadas. Sin dudas que los dos principales perjudicados son José “el Puro” Paz y un protagonista a la distancia de esta situación, el verdadero Eduardo “el Ratón” Zapata. El boxeador suele ser el más noble en un mundo repleto de personajes turbios, aprovechadores, comerciantes inescrupulosos y tramposos y este es un claro ejemplo. Paz es un púgil en crecimiento y no se detiene a mirar quién es su rival. El quiere pelear con todos. Tiene hambre de gloria y ganas de llegar a lo más alto. Flaco favor le hace a su carrera que aparezca un boxeador con nombre “trucho”. Cuando surgió esta pelea, “el Puro” escuchó las ganas de su padre de programarlo en la misma velada que su hermano. El rival sugerido, luego de que se cayeran cuatro o cinco los días previos, tenía un récord aceptable para poder mostrarse ante la gente de su pueblo. Su entrenador estuvo de acuerdo y la Federación Cordobesa aprobó la pelea.   La otra víctima es Eduardo Ariel Zapata, el verdadero, un boxeador de 31 años, de 58/59 kilos y 1,56 metro de estatura. Desde lo físico, visiblemente diferente al que le usurpó su nombre para pelear en Pozo del Molle, que medía más de 1,70 metro y pesaba 70 kilos. Desprevenidos e irresponsables Uno de los descuidados es el organizador de la pelea al parecer sorprendido en su buena fe. Oscar Paz le dijo a EL DIARIO: “Buscamos distintos rivales y se nos cayeron varios. Por segunda vez nos ofrecen este Zapata, consultamos a la Federación Cordobesa y lo aceptan, con algunas recomendaciones”. Otros desprevenidos son los miembros de la Comisión, que actuaron de manera informal, desprolija o improvisada en la fiscalización, que deberían haber controlado mejor. El fiscal Víctor Casas y los otros miembros presentes pecaron de confiados y obviaron el punto del reglamento que exige constatar identidad con la licencia otorgada por la Federación Argentina de Boxeo (FAB) y el Documento Nacional de Identidad (DNI). Las licencias de boxeo de la FAB tienen igual número al del DNI del boxeador. Si esto se hubiera hecho, seguramente la historia sería otra. La pelea seguramente se hubiera suspendido y la licencia retenida. De todos modos, lo mismo pasó en otra docena de oportunidades, donde alguien con la misma licencia peleó en distintos puntos del país. Entre los irresponsables aparecería una persona de mala fama en el mundo del boxeo patagónico, conocido como Miguel “el Gordo” Heredia, sumado a la persona que le sugirió al programador contactarse con el referido personaje, que sería un porteño de apellido Gareca. De todos modos, Heredia es el principal irresponsable, por traer un boxeador con identidad cambiada y utilizando una licencia denunciada como robada. El es quien aparece en el video de la pelea, conocido como Heredia. Esta misma persona aparece mencionada en distintas notas periodísticas y fue nombrada por el “verdadero” Zapata, que dialogó con este matutino.

La organización Oscar Paz, en diálogo con EL DIARIO, dijo: “Contratamos a este rival, que venía de Río Negro. Fue autorizado desde la FAB. Nosotros no encontramos peleas de él en vídeos, pero su récord (de la página Boxrec) parecía apropiado. Después de la pelea nos enteramos y no sabemos quién es el que peleó con mi hijo. Antes de la pelea se le hizo un encefalograma, como había sugerido Tavella de la Federación Cordobesa, pero nadie de la Comisión le pidió el DNI. Nosotros estuvimos buscando otros púgiles, pero algunos no querían pelear con “el Puro” y otros no fueron autorizados por las equivalencias. Pero hablamos con Reinoso, Cáceres, Miranda, Barros, hasta nos hablaron de un boliviano. Al final nos dieron el número de Miguel Heredia Box”. Desde la Federación Cordobesa “Ya ha pasado que hemos quitado licencias por entender que no eran válidas”, dijo Gabriel Tavella, reconocido miembro de la FCB le dijo a este periodista. “Yo me enteré el sábado por Facebook. Pero todavía no recibimos el informe de la pelea por parte del fiscal Víctor Casas. Como no hay una denuncia en la Federación Argentina, no hay una información oficial y las llamadas ‘denuncias periodísticas’ que hablan del robo de la licencia no son oficiales, por eso no nos consta. De todos modos, estamos investigando”, señaló.  “Nosotros en algunas oportunidades hemos retenido licencias otorgadas por otras entidades consideradas no oficiales y que no son reconocidas” por la FAB. “El boxeador de apellido Zapata se había presentado en junio en La Cautiva, Córdoba, perdiendo por nocaut con ‘Chino’ Miranda. Por eso le recomendé a la Comisión que controlara si tenía en regla los estudios que se le exigen a todo boxeador luego de perder por nocaut. Y sugerí que se le realizara un encefalograma”, contó. Ese estudio fue realizado el viernes en Villa María, pero nadie de la Comisión, ni el facultativo que le realizó el encefalograma, le pidió el DNI. Tampoco Edgard Giuliano, médico de la CMB de Villa María.

La pelea Durante el combate, el rival de Paz soportó la andanada de golpes del “Puro”, que salió a noquearlo desde el comienzo. Promediando el primer asalto, estando el rival de pié, pero muy sentido, el árbitro (Rubén Bracamonte) comenzó el conteo. Le arrojaron la toalla desde el rincón y Bracamonte (como corresponde) terminó el conteo y decretó el nocaut. Idéntica situación habría sucedido en junio, en la localidad de La Cautiva, donde perdió por nocaut en el segundo asalto ante Jorge “Chino” Miranda. No deja de ser una curiosidad que muchas de las peleas realizadas en los últimos tres años por uno o más boxeadores con la licencia robada a Eduardo Zapata no figuren en el apartado “Resultados” en la web de la FAB y que en la web Boxrec (que parecería ser la más completa en estadísticas) algunas estén algunos días después de realizadas y luego sean borradas. Si bien aparecen dos Eduardo Zapata como púgiles en Boxrec, es un error de esa web, ya que es el mismo boxeador perjudicado en esta situación.

¿Y quién vino? El personaje que aparece en una de las fotos que acompaña al boxeador impostor es Miguel “Gordo” Heredia, un personaje de mala fama en el boxeo patagónico y el púgil “sería un boxeador amateur de apellido Llanqueo o Yanqueo” le dijo a EL DIARIO el periodista Luis Amaolo. “Es un amateur de dos peleas, sería oriundo de Chichinales”, un pueblo de tres mil habitantes en el norte de Río Negro, ubicado a 13 kilómetros de Villa Regina. ¿Un amateur? Si esto es cierto, agrava la situación de este caso, ya que además de ser antirreglamentario es un riesgo que roza la locura hacer pelear un púgil amateur como si fuera un profesional. El riesgo que se corrió fue innecesario y pudo haber terminado con un hecho grave. Es un hecho delictivo que haya posibilitado que viniera este púgil, si su representante tenía en conocimiento que esa licencia era robada y sabiendo, además, que cometían un posible delito de usurpación de identidad. EL DATO La licencia usada por el rival de Paz fue robada en 2010 y, con la misma, distintos púgiles se han presentado en distintos puntos del país en, se estima, una docena de peleas, hasta algunas por televisión. Al parecer nadie controló como correspondía por reglamento.